Anécdota de la semana:
Primero empezar por el objetivo.
Termina la clase, entablé una charla con mi alumno a la espera de que vinieran a retirarlo sus padres.
Yendo y viniendo de tema en tema, topamos con el futuro.
A penas con 12 años, él ya sabía el camino que quería recorrer una vez terminado el secundario, su idea era estudiar "diplomacia".
Sorprendida le pregunte los motivos, los cuales fundamento tan coherentemente, que me admire: entre algunos de los que recuerdo estaba la idea de afianzar más su segunda lengua y aspiraba a trabajar en algún país de aquellos que pertenecen al primer mundo.
No dude en ningún momento de que llegará a cumplir con estos objetivos ya que tiene los recursos, los contactos y sobre todo la capacidad.
Mirándolo me quedé un largo rato; vi en él, un chicos de 12 años con tantas aspiraciones, tantos proyectos que sólo pude contestarle:
_Vos te vas del país, a trabajar en una embajada, y yo acá en Argentina como una simple profesora de secundario.
En ese momento nos miramos, no sé como habrá sido mi expresión en ese instante, pero de un momento a otro, ambos nos sonreímos y el sólo me dijo:
_Bueno, pero Argentina también es un lindo país...
(fue una especie de consuelo inocente)
Mi Argentina es bellisima... no lo dudo, y yo elegí este camino.
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